martes, 20 de octubre de 2009

La exaltación de la mediocridad

¿Quién es para mí Francisco Franco? Pero en verdad, ¿no debería ser para todos la misma persona? Claro que no, no es igual para todas las personas de España, como buenos españoles los que se vieron favorecidos por este régimen no dudan en justificar sus actos, con teorías conspiratorias o destacando la gran gestión llevada a cabo por él. Quien no ha escuchado la frase, ¡con Franco vivíamos mejor!¡no había ni desempleo, ni delincuencia , ni negros! Entonces, ¿por qué no nos lanzamos en brazos del primer militar que veamos y le confiamos otros 40 años de nuestra vida? Pues porque en mi opinión Francisco Franco lo calificaría como “el mercenario de Dios”. Lo calificaría así por llevar a cabo la “purificación” de España a golpe de fusilamientos , prohibiciones, instaurando un estado de miedo continuo contra todos los que osaran ponerse en contra del “enviado de Dios” .Pero está claro que un adjetivo no puede calificar la vida de un personaje tan influyente en la vida y desarrollo de España.
Franco desde niño podemos considerarlo acomplejado por sus pésimos resultados en la academia militar así como por su complexión física. Tenaz por sus convicciones religiosas y morales llevaba hasta el peligro de muerte luchar por España. Franco también tendría el adjetivo de traidor, traidor a la República, ya que la República dio opción a los militares que sus convicciones políticas les dificultaran desarrollar su misión podrían abandonar su puesto con una “prejubilación” y su sueldo integro. Al no abandonar en este momento juró fidelidad a esa bandera, a esa forma de Estado y a todos los que la representaban y los traicionó. Otro calificativo es el de asesino, fusiló tanto en tiempos de guerra como en posguerra, cualquier escusa era buena, afiliación a partidos, contacto con la masonería, comunismo…pero detrás de ello queda miles de personas torturadas y fusiladas por el régimen franquista muchos años después del fin de la guerra. Además le atribuyo el calificativo de torpe en cuanto a materia económica como se caracterizó cuando después de cuatro meses de estudios los economistas españoles no se ponían de acuerdo con el valor al cambio entre dólares y pesetas y este sumó las dos estimaciones y las dividió entre dos dando como resultado una media ponderada que como acción intelectual dejaba mucho que desear.
Otra de sus características que se podían destacar de este instigador del miedo es su intimidación a todos los españoles, tanto los que se posicionaban a su favor como los que se situaban a su contra. No es desconocido su falta de piedad contra sus oponentes y no oponentes con sus sentencias de muerte y la utilización de la policía y el ejército como agentes represivos y con total libertad de actuación para contener a la esfera pública.
El poder otorgado a la Iglesia hizo de la educación una mero adoctrinamiento en lo que ellos aclamaban “la buena moral”, que no dejan de ser los valores tradicionales. Estos junto al sentimiento nacionalista, la mitificación del líder y la propaganda fascista intentaban legitimar un régimen golpista.
Últimas noticias hablan sobre la característica monorquidia del “caudillo de España” que pueden ser datos morbosos que no hacen sino convertir a un asesino en una mofa. No habrá que olvidar que este hombre consiguió abrir una brecha en la sociedad española que difícilmente tendrá cura, porque a diferencia de otros países, el régimen sigue legitimado por una parte de la sociedad que sin recelo sigue pensando que Franco estableció las bases de la actual democracia( ¿sería con sus leyes fundamentales aperturistas?).
No me gustaría cerrar esta breve reflexión escribir algo positivo, que en cuarenta años debe haber, pero en mi opinión escasas acciones puedo destacar. La proliferación de pantanos puede que sea unas de las acciones a destacar así como la Seguridad Social. En algunos autores de dudosa imparcialidad puedo leer que gracias a Franco se impulso la industria en los años sesenta pero en mi opinión era un crecimiento exponencial debido a la inexistencia de ella en la etapa autárquica, además no es innecesario advertir de las pobres condiciones de trabajo desarrolladas para mantener dicho crecimiento.
Por último, la vergüenza que debemos sentir interiormente, no debe ser menor que la de algunos países que en sistemas democráticos no dudaron en negociar con un régimen totalitario con tal de conseguir lo que se proponían como el caso de Estados Unidos y miembros de la ONU.
Recapitulando, aunque parezca una reflexión dura, por respeto a los que padecieron esta vergüenza nacional llamada Franco estamos en deuda con ellos y que mejor forma que conocer la historia para no volver a repetir los errores del pasado.


Joaquín Toril Cerro.
2ºCiencias Políticas y de la Administración.
Facultad de Ciencias Políticas y Sociología. Granada.

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